jueves, 10 de enero de 2013

El contrato para jóvenes que desea la CEOE



Desde el área de Juventud de IU denunciamos la coacción y el chantaje con el que está utilizando la CEOE las aberrantes cifras de paro juvenil en España, que ya alcanzan el 56,5% según los últimos datos de Eurostat para 2012, proponiendo un contrato para jóvenes situándolo en el salario mínimo interprofesional.
El paro juvenil es un problema endémico en este país que no para de crecer y que evidencia que varias generaciones de jóvenes estamos abocadas a la exclusión cuando no a la emigración forzosa. Esta situación es utilizada miserablemente por la Patronal para reducir aún más si cabe las condiciones y derechos laborales de las personas jóvenes.
El contrato que propone la Patronal, obligaría a una retribución laboral para jóvenes situada en el SMI saltándose con ello todos los convenios colectivos, estableciendo un estrato de trabajadores y trabajadoras jóvenes situado en la total y absoluta precariedad. Además, abriría una brecha más grande si cabe, entre las generaciones de jóvenes que se incorporan al mercado laboral y el conjunto de trabajadores y trabajadoras que ya están trabajando.
No se cansan de decir que somos la generación más preparada de la historia, que somos el futuro de este país, afirmaciones cínicas y falaces cuando vemos que todas las reformas del Régimen, aprobadas tanto por el PSOE como por el PP, sólo trataban de insertar a las personas jóvenes en el mercado laboral a través de contratos basura a costa de sus derechos laborales. La Patronal sólo tiene un interés, y es emplear mano de obra cada vez más barata explotándonos cada vez más, las y los jóvenes no le importamos absolutamente nada.
Este tipo de declaraciones reafirman el análisis de que sólo existen dos salidas a esta crisis. Una es la que esta aplicando el Régimen de los mercados, la Troika, la Patronal y los grandes bancos, salvaguardando sus intereses, sus grandes beneficios, a costa de los derechos y las vidas de la mayoría social del país. La otra salida es la de priorizar nuestras vidas frente al pago de la deuda. La disyuntiva es clara, cientos de miles de jóvenes nos jugamos todo nuestro futuro, y tendremos que decidir si queremos vivir en condiciones vida cada vez más esclavas o si luchamos por un modelo de país del pueblo y para el pueblo, donde no hayan “generaciones perdidas”.

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