LAS MUJERES EN LAS PAH'S
El derecho a una vivienda adecuada se encuentra recogido
en el art. 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, pasando
a formar parte del elenco de derechos humanos reconocidos internacionalmente, y
resultando dicho reconocimiento refrendado por la Constitución Española. No
obstante, en el sistema patriarcal-capitalista español, este derecho es violado
sistemáticamente y con total impunidad cada día, afectando a toda la sociedad
y, especialmente a los colectivos que se encuentran en situación de
desigualdad, donde la intensificación de las políticas neoliberales de la
burbuja inmobiliaria han hecho de este bien esencial para el desarrollo de las
personas una quimera inalcanzable o la esclavitud del siglo XXI. Asimismo,
debemos de señalar a su vez, la especial situación de las mujeres que, conviven
en una igualdad formal pero no, en una igualdad material, alejándonos por
tanto, de un marco democrático real.
En efecto, a las consecuencias
usuales derivadas de la pérdida de la vivienda y la consecuente condena de por
vida -debida a una legislación hipotecaria del S.XIX- de una deuda ilegítima y
con una base estafadora-mercantilizadora de un bien de primera necesidad, hay
que sumarle la socialización diferencial de géneros. Resultando que en primer
lugar, en lo que concierne a los varones, los sentimientos de fragilidad,
frustración y, depresión, se agudizan debido a su rol de “sustentador”, que les
conduce a una insatisfacción y paralización mucho mayor al de las mujeres.
Éstas al socializarse en un medio social, económico y político mucho más hostil
viven procesos de empoderamiento
mucho más intensos y rápidos ante los procedimientos de ejecución hipotecaria
cuando deciden organizarse en las Plataformas de Afectadas por las Hipotecas.
Así, la mayor parte de los liderazgos de la ciudadanía, durante el
procedimiento de ejecución hipotecaria van a ver en las mujeres su máximo
exponente que, se refleja también, en una mayor participación e impulso de
éstas en la lucha porque se resuelva la situación sangrante de que cada día hay
más casas sin personas y, personas sin casas.
En segundo lugar, su incidencia
mayor a causa del carácter patriarcal del sistema capitalista, nos sitúa en una
mayor vulnerabilidad: familias monomarentales, contratos a tiempo parcial
debido a su rol de mujer cuidadora, ínfimos salarios, discriminación salarial,
etc, protagonistas todas ellas de una marcada precariedad sociolaboral y de la
forzada feminización de la pobreza –por ejemplo las mujeres monomarentales ya
rozan el 40% de la umbral de la pobreza-.
Pero, ante
este obsceno y obstinado marco, especialmente las mujeres hemos impregnado a las PAH´s de ser un espacio esperanzador,
horizontal, amable, rebelde y de completa dignidad. Somos nosotras, las que
participamos de forma activa en las asambleas de personas afectadas, en las
negociaciones con las buitres entidades bancarias o, megáfono en mano, poniendo
en jaqueca a un doble sistema alienante e inhumano. Porque sin mujeres no hay
revolución ni revolución posible sin mujeres. Nuestro objetivo no es sólo
cambiar una legislación reproducida por PPSOE, no es sólo deconstruir el
sistema patriarcal-capitalista, nuestro objetivo además es construir con
perspectiva de género esa otra forma de estar y sentir el mundo. Porque la
revolución será feminista o no será.
¡JUNTAS
PODEMOS! ¡SÍ SE PUEDE!
Rosana Montalbán Moya
Portavoz Plataforma de Afectadas por las Hipotecas Valencia
PAH-Valencia (http://www.afectadesperhipotecavalencia.org)
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