EL COMO TAMBIÉN ES IMPORTANTE.
Las
brujas eran mujeres cuyas conductas transgredían las normas impuestas por la
sociedad patriarcal, en la cual el Estado y la Iglesia -instituciones dominadas
exclusivamente por los varones- controlaban los dichos y los hechos de la
población femenina. La
bruja encarnaba un cierto espíritu de revuelta, una forma diabólica de subversión general, hecho que motivó la brutal
represión contra ellas por parte de la
Inquisición. Todo eso queda lejos, pero todavía hoy seguimos luchando contra
esas normas, no sólo por ocupar el espacio que nos merecemos, sino por ocuparlo
como nos merecemos.
El acceso de la
mujer a la política comenzó cuando se ganó la batalla por el derecho al voto,
pero la igualdad de oportunidades para las mujeres pasa por la participación y
representación en los puestos de toma de decisiones. Y ni mucho menos
intervenimos en las decisiones políticas ni accedemos a cargos de poder en la
misma forma que los hombres.
La participación
femenina en política se ha incrementado, pero continúa siendo
desproporcionadamente baja. Seguimos a merced de decisiones políticas tomadas
por una mayoría de hombres, ya que, tristemente, la representación de las
mujeres en los cargos políticos es hoy muy escasa. Pero no me quiero centrar en
el cuánto, sino en el cómo, porque por desgracia también queda mucho por hacer.
Quizá
una de las razones del camino que
nos queda por delante es porque en muchas mesillas sigue estando la Perfecta
Casada, de Fray Luis de León, una de las obras más leídas, incluso en el
siglo XX, -de 1936 à 1975 era lectura “recomendada” para las futuras esposas-.
Libro que señala que la imperfección innata de la mujer es la que origina la
necesidad de enseñarle, con el objetivo básico de hacer de Eva, mujer imperfecta
y pecadora, una Virgen María... El acceso a la política está
aceptada, pero en forma de Virgen María, o de José… ¿Y si eres Eva?
Si eres Eva, no
te queda otra que enfrentarte a esas fuertes barreras socioculturales, esos
prejuicios y estereotipos enraizados en el patriarcado que arrastra la sociedad
desde hace siglos, de los que debe desprenderse y que aún hoy sobreviven en
contextos como la vida política.
¿Y si hablamos de mujer joven? Más
evidentes son esas diferencias: la imagen pública de mujer joven no ha sido
construida por nosotras, y mucho menos en escenarios institucionales. Debes
enfrentarte a la imagen que el resto de personas –mujeres y hombres- hacen de
ti en gran medida por lo roles que tienen o vienen prefijados en su familia,
los modelos que delínean los medios masivos de comunicación, etc. Lo que a
grandes rasgos se puede traducir por una sobreprotección de las mujeres
(carácter maternal) o el menosprecio de los hombres que no terminan de encajar
que “la que pudiera ser su hija” se enfrente a él.
Pero no es
tan sencillo, pues esa actitud no es algo generalizado hacia todas las mujeres
jóvenes. Entonces, ¿Por qué? Creo que hay otros factores que acentúan esas
actitudes. La “forma” de hacer política habitualmente responde a estilos
masculinizados, y algunas mujeres adoptan esos estilos masculinos, ya sea en el
modo de comunicarse -especialmente en los discursos-, en la forma de vestir, en
el carácter, en las formas de establecer negociaciones y pactos, y hasta en la
priorización de problemas, favoreciendo la supervivencia del sistema
patriarcal.
Al no
aceptar esa “forma” percibes un trato diferente, una continua necesidad de
estar al 200% en tu día a día para demostrar que tienes la misma capacidad para
estar en ese cargo que el resto de personas.
Nos queda
un largo camino... con personas en dirección contraria, otras que adelantan por la
derecha, otras que te cogen de la mano...para sacarte fuera porque molestas.
Por conciencia seguiré molestando con todas mis fuerzas, dentro y fuera, y como
Eva. Porque las que sobramos en el camino no somos nosotras...
Hoy más que nunca somos mujeres, con
realidades bien distintas y con derecho a ser nombradas y respetadas en su
pluralidad. Y brujas también, porque seguimos luchando contra las normas
impuestas por el patriarcado, tanto en la esfera privada como en la pública.
Salud.
Vanessa Lillo Gómez
Concejala de IU-LV en Getafe, licenciada en ciencias de la información con un máster en comunicación y aprendizaje en la sociedad digital.
Mis más sinceras enhorabuenas, la verdad es que ser el coordinador de la actividad tiene algunas ventajas una de ellas es que lees los artículos antes que nadie, desde que leí este por primera vez me gusto bastante, creo que ha sido muy acertado en análisis de las brujas es muy curioso como la Iglesias católica y sus diferentes instituciones han retratado siempre a la mujer, me acuerdo de una conferencia a la que asistí donde la ponente lo resumía perfectamente: en la Biblia la mujer lo tiene muy difícil o bien es una personas bondadosa y virgen alejada de cualquier atisbo de independencia y deseo sexual o bien es prostituta y pecadora no existe termino medio
ResponderEliminarNo se si mas Eva que bruja o mas bruja que Eva, lo que si se es que me siento mujer por los cuatro costados y orgullosa de serlo. Felicidades a todas las EVAS del mundo.
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